Fustazos

[12 de Octubre 2002, 5am, Rutgers, New Jersey]

Recién hoy me crucé nuevamente con Eric, el portoriqueño que vive arriba. Yo perdía el equilibrio mientras intentaba mantener la puerta abierta de la entrada con un pie, empujar las bolsas del supermercado al pasillo con el otro pie y cerrar el paraguas empapado . Eric bajaba las escaleras apresurado para ayudarme con la puerta y me gritó “¡Papááá!” cuando lo tuve al lado.

Eric: Hace bastante que no te veo, ¿cómo estás?
Yo: Bien, vos fuiste el que estuviste bastante desaparecido… ¡Por dónde andarás! El otro día, incluso, sonó la alarma de incendios a las 3 de la mañana, todos a la vereda atontados de sueño y en pijama y a vos no te ví…
E: Me fui el fin de semana a upstate New York, al pie de la montaña, de campamento… me vino bien para escaparme un poco del stress… pero ahora tengo que retomar los estudios, y no tengo ganas. La otra tarde también sonó la alarma de incendios, pero a las 3 de la tarde, y yo mismo tuve que salir en ropa interior a la calle.
Yo: Mirá vos… entonces hay que estar preparado para las emergencias en cualquier momento… ¿Tenías puesto tu calzoncillo con florcitas turquesa?
E: No, el de Mickey Mouse… así que no fue tan grave.
Yo: ¡Ah! hablando de Mickey Mouse… el próximo viernes dan una película argentina muy buena en el festival de cine de Rutgers. Yo voy a ir y me gustaría que vinieras. Además es mi cumpleaños así que después podemos ir a tomar algo o a cenar barato.
E: Sí, genial… haceme acordar durante la semana dejándome una nota pegada en la puerta, pero sí, voy, contá conmigo, así jangueamos.
Yo: La película se llama Nueve reinas. Es muy buena. No te preocupes, no trata de un grupo de amigos gays. Nueve serían demasiados…
E: Sí, la verdad que sí, dos o tres está bien… Y, ¿qué pasó esta semana que no te ví? ¡Siempre me quedo horas esperando en el baño a ver si apareces, y nada!
Yo: Estuve muy ocupado, casi no estuve en casa, casi ni fui al baño. Muchas clases, mucho trabajo. ¿Y cómo estuvo todo en los bosques de upstate New York? ¿Fuiste a hacer hiking, o qué?
E: No, fue un retiro con la gente de mi iglesia… un poco para reconectarnos y revalorar las cosas que deberían tener prioridad en nuestras vidas.
Yo: Ajah, y descubrieron – me imagino – que habría que pasarse la vida nadando desnudos en los lagos y caminando por bosques espesos…
E: Si, exacto.
Yo: ¿Y ahora para dónde ibas?
E: Voy a comer algo y luego a leer, a estudiar…
Yo: ¿Estás yendo al gimnasio también?
E: Sí, por supuesto, ¿y vos?
Yo: Esta semana no… solo a mis clases de gimnasia. Aunque hay una que estoy a punto de abandonar porque son todas mujeres… es step con algo de box-aerobics y tae-box. Pensé que habría algún valiente… pero no, resulté el único.
E: Dale para adelante, ponete una musculosa de lycra, pantalones amarillos pegados al cuerpo y sumate al grupo…
Yo: Muy buena idea. Ah, una cosa te quería preguntar… la licuadora que está en la cocina ¿es tuya?
E: Sí, ¿por?
Yo: Ah, porque yo pensé que era “pública” y la usé un par de veces… pero la limpié muy bien, dont worry.
E: ¡Ni me había dado cuenta!
Yo: Así de bien la limpio, igual me tengo que comprar una barata…
E: ¡No! si te la compras me vas a ver muy ofendido. Ni se te ocurra.
Yo: Okay, listo, igual serás retribuido. Te convidaré algún batido de proteínas de vez en cuando…
E: Trato hecho.
Yo: ¿Vas a ir al gym más tarde?
E: Sí, a eso de las diez… Así que si vas a esa hora voy a estar ahí. (Tensa los brazos y pone cara de jíbaro hambriento) ¡grrrr!
Yo: Okay, listo. Necesito el estímulo de ir el primer día, me cuesta empezar… soy vago.
E: Bueno, dale entonces. Yo me llevo un cinto, y si no hacés los ejercicios como corresponde te voy a pegar un fustazo, de los que duelen.

Me sonrió con picardía y nos despedimos con un gesto de la cabeza. Empecé a subir la escalera. Apenas giré para despedirme gritándole:

Hmmm, no va a funcionar. Me encantan los fustazos.

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