Primer día en La Habana
Quiero volver otra vez a esa combi, entrar a La Habana como entré esa noche, con Ariel como siempre charlando con el chofer, primero en el asiento de atrás, conmigo y después en un semáforo ya en el asiento delantero, confirmando con el chofer que sí, que eso es el Parque Lenín, que sí, que esa es la playa de la Revolución, y yo desde atrás barriendo con los ojos las lucecitas y después fijando los ojos en el costado de la ruta oscura y que de ahí aparezcan, iluminadas por los faros, las espaldas de cubanos caminando, una caricia plateada, sobre las espaldas caminando y luego los eslóganes, nada de carteles, nada de gente encorvada sobre teléfonos celulares, sólo gente en racimos, al costado del camino, en la parada de los buses, en bicicleta y ya entrando en la ciudad los autos viejos, del 50, lentos y rebalsando de gente, brillosos como salidos del segmento cincuentoso de Volver al futuro pero lustrados por el Karate Kid, círculos a la derecha, respirá profundo, círculos a la izquierda, respirá profundo. Quiero volver remontando la corriente de la memoria, como un salmón ahumado por los humos del tiempo que pasó desde ese día, guiado por estas notas raquíticas y en estado de fermentación que ya no dicen nada. Y así entonces entramos, remontando la corriente y desembarcamos en el hotel Habana Libre. Ariel charlando con la conserje de locuacidad engolada y que nos dio un cuarto bien arriba, con una vista desaforada, justo encima de la habitación que usó Fidel en los días de la revolución, punto vigía, la noche y unos pájaros negros girando el cielo y la luna nueva quieta allá. Nos duchamos y enseguida subimos a ver el show en el último piso, una especie de confitería con aspecto de casino o boite, una cápsula de otro tiempo y un pésimo grupo que cantaba popurríes tropicales porque yo quisiera ser un pez para que Oye como va mi niña que en mi boca dejarás sabor a mí. El que cantaba no rascaba ni el nivel de un karaoké en pedo pero movía las maracas y bailaba con un estusiasmo quizás atribuible al salario y no a los vapores de su propio arte. Rajamos después de tomar unos daikiris carísimos y mal preparados y bajamos al nivel del mar y la vereda y apenas caminamos una cuadra cuando se nos pegoteó un negro que salió no sé de dónde. Que chico de acá y chico de allá y que yo trabajo de seguridad en el hotel no sé cuánto pero hoy estoy de franco y ustedes de dónde, Argentina, gran país, Maradona, el Che y vengan para aquí que yo les muestro un bar que… Y de la nada también apareció una negra y el negro le hablaba y la negra caminaba cada vez más rápido y yo trataba de entender que le decía el negro pero todo sonaba como una jalea de vocales redondas y consonantes. El negro se presentó, le preguntó a la negra el nombre, y dijo que yo era Luis y Ariel era Felipe y de paso invitó a la negra a tomar unos mojitos y después insistió con que de mi opinión del vestido rojo de la negra y yo dije que muy bonito aunque nunca digo bonito, pero ya se me había pegado el acento y las vocales redondas. La negra desapareció en un portón y el negro insistió con que nos metiéramos en un bar donde hacían los mejores mojitos. Yo me resistí y Ariel también, pero con alguna excusa más elaborada. Y el negro dijo que ahí siempre venían a tomar mojitos los del Buena Vista Social Club y que aprovecháramos y que era solo un mojito. Yo crucé la vereda y me alejé y a los pocos minutos me alcanzó Ariel. Caminamos hacia el Malecón, que estaba ahora lleno de gente, muchos gays y se estaba haciendo tarde así que volvimos hacia el hotel y ahí nos cruzaron dos pibitos de unos 20 y pico de años y se nos pegaron, que de dónde son, que de México, no, de Argentina, qué lindo Argentina, Maradona y el Che. Y muy rápidamente me di cuenta que eran gays, que esto era una especie de levante con guita de por medio y un pibe se le pegó a Ariel y el otro a mí, y nos decían que podíamos ir a algún boliche a bailar salsa, que sino podíamos hacerlos entrar al hotel, y que sino ellos tenían un lugar privado al que ir. Le dije a los pibes que me dejaran hablar un segundo con Ariel. Le dije que no me gustaba ninguno de los dos y que no quería hacer nada. A vos tampoco te gusta ninguno de los dos, así que cortales el mambo, sino no se van más. Dejalos que se vayan a buscar a otro que les garpe, no les hagas perder el tiempo. Ariel dijo que okay, pero que sólo estaban charlando. Los pibes se volvieron a acercar y caminaban a la par nuestro y el pibe que estaba con Ariel le hablaba al oído, Ariel se reía con una risita entre nerviosa y cómplice y vi que sacó un billete chico y se lo dio al pibe. Yo decidí cruzar la vereda y alejarme y caminé dando vueltas alrededor de Copelia, la heladería famosa de Fresa y Chocolate, esperando cruzarme con Ariel de nuevo, pero no, lo perdí. Me metí en el hotel, leí un rato y me metí en la cama para dormir. Ariel llegó diciendo No sabés lo que pasó. ¿Viste esos dos pibes que nos perseguían hoy más temprano? Bueno, me vieron cuando volvía y se me pegaron, les dije que hoy no, que capaz otro día y uno de ellos se fue pero el otro me siguió hasta acá y justo en la esquina nos paró la policía. El policía me preguntó si lo conocía, le dije que no, y el pibe dijo que sólo estábamos charlando y el policía le pidió identificación y se lo llevó diciendo que me estaba acosando. Sos un pelotudo, Ariel, te lo dije. Los hubieras cortado como los corté yo, así van a buscar otros. Pero les seguís la corriente aunque no estás interesado y mirá cómo terminan las cosas, boludo. Seguro no les hacen nada… Eso no lo sabés, boludo. Te lo avisé. Bueno, basta, no quiero hablar más del tema. Te lo avisé. No necesito que nadie me diga lo que tengo que hacer. Parece que sí. La discusión se corta en seco, se apaga la luz.
Nuuu!! Pobres pibes! Los tratan re mal a los gays allá. Lo sé porque leo el blog de la cubana Yoani (te paso el link, por si no lo conocías: http://desdecuba.com/generaciony).
Esas situaciones son muy incómodas… no sé si sentir lástima por los pibes…
Saludos
Hola X
Soy Braulio, tu ex alumno en el Camarín.
Nunca pude empezar los Martes, tenía muchas ganas!
Toy copado con tu blog. Mañana parto para Cuba!, y toda esta info es mas que útil
Gracias!
Abrazo
Braulio